Gracias, en parte, a su activa colaboración con el OIEA durante décadas, muchos países en desarrollo han mejorado considerablemente sus capacidades en materia de tecnología nuclear y han estado utilizando esas tecnologías para alcanzar sus objetivos de desarrollo. Algunos de esos países ahora pueden prestar apoyo a otros países en desarrollo mediante un marco conocido como cooperación Sur-Sur.
Por cooperación Sur-Sur se entiende el apoyo de actividades de cooperación técnica entre países en desarrollo. Asimismo, abarca muchas esferas de la agenda de las Naciones Unidas para el desarrollo —como el desarrollo agrícola, la salud y el cambio climático— y adquiere cada vez más importancia para hacer frente a los desafíos mundiales.
“La pandemia de COVID-19 es un problema de urgencia inmediata, el más complejo al que nos enfrentamos en la actualidad, y mina los logros sociales, económicos y ambientales que tanto ha costado conseguir. En estos tiempos difíciles, la solidaridad en la que se basa la cooperación Sur-Sur ha demostrado una vez más ser vital para los países en desarrollo, —dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, con motivo del Día de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur de 2021—. En estos momentos en que el mundo trata de intensificar las actividades de respuesta y recuperación frente a la COVID-19, y de lidiar con la amenaza que supone el cambio climático para nuestra propia existencia, la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular son más esenciales que nunca”.
Como parte de la contribución del OIEA a los esfuerzos mundiales encaminados a lograr el desarrollo sostenible, en marzo de 2019, con motivo de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cooperación Sur-Sur, el Organismo reiteró su compromiso de ampliar la cooperación Sur-Sur en el uso de las tecnologías nucleares con fines pacíficos. Indonesia es ahora uno de los países que apoya este enfoque de manera activa.
“Durante más de 60 a?os, los expertos de Indonesia han colaborado con el OIEA para desarrollar sus propias capacidades en el ámbito nuclear”, —dice Jane Gerardo-Abaya, Directora de la División para Asia y el Pacífico del OIEA—. Actualmente, como país en desarrollo con un alto nivel de conocimientos especializados, Indonesia se ha convertido en un recurso para los países vecinos y está ayudando a promover la autosuficiencia regional y a fortalecer el sentido de identificación con la ciencia y la tecnología nucleares a nivel local”.
En febrero de 2018, el Ministerio de Investigación y Tecnología de Indonesia firmó disposiciones prácticas con el OIEA para reforzar su apoyo a otros países. Los expertos de Indonesia, en parte mediante los proyectos de cooperación técnica del OIEA, han transferido conocimientos y prestado asesoramiento a expertos procedentes de varios países de áfrica y de Asia y el Pacífico. Entre 2016 y 2019, 43 científicos de países de áfrica y Asia recibieron becas y capacitación en instituciones de ciencias nucleares de Indonesia y, en ese mismo periodo, 29 expertos de Indonesia contribuyeron a proyectos del OIEA en áfrica y en Asia y el Pacífico.
Indonesia desempe?ará un papel fundamental en la nueva iniciativa del OIEA llamada TECnología NUclear para el Control de la Contaminación por Plásticos (NUTEC Plastics). Esta iniciativa ofrece una plataforma de cooperación para luchar contra la contaminación por plásticos y aprovechar los recursos, los conocimientos y las redes de los países participantes. El propósito de Indonesia consiste en reducir la basura marina del país en un 70 % en los próximos cuatro a?os. Con el apoyo de NUTEC Plastics tiene previsto construir una instalación piloto que utilice la irradiación para reciclar plásticos y compartirá los conocimientos especializados que haya adquirido con especialistas de otros países.
“Indonesia se ha beneficiado enormemente del programa de cooperación técnica del OIEA, que abarca desde la creación de capacidad en materia de recursos humanos hasta el desarrollo de equipo y la creación de instalaciones. Ese programa le ha permitido mejorar sus capacidades de investigación, desarrollo y uso de tecnologías nucleares en diversos ámbitos, como el de la alimentación y la agricultura, la salud y la nutrición, el agua y el medio ambiente, y las aplicaciones industriales, —dice Dimas Irawan, Agregado Científico de la Embajada de Indonesia en Viena—. Gracias a los conocimientos y la experiencia adquiridos, ahora podemos apoyar a otros países”.